Ese momento en el que te das cuenta de que no le importas una mierda a nadie,
que tan sólo ellos mismos miran su propio ombligos y les da igual lo que ocurra a su alrededor.
Y de momento no cambia que seas sus amigos, bueno, en realidad, esos no son amigos.
Lo único que tengo que decir es que ahora mismo estoy hecha de rabia, dolor y lágrimas...
Chin Chin por esos cabrones.